El fútbol no es solo fútbol, es mucho más. Es una catarata de emociones y sentimientos que te transportan más allá, a un mundo onírico donde los sueños pueden hacerse realidad y donde las pasiones campan y se desatan sin pudor alguno.

El fútbol no es solo fútbol, es mucho más. Es un estado psicológico que va desde la alegría a la tristeza y desde la tristeza a la alegría. Es una alegoría que te transmite unos valores y unos principios inquebrantables, donde el yo es sinónimo de nosotros, donde el club es para siempre y donde la esencia es solo un balón que rueda y rueda.

El fútbol no es solo fútbol, es mucho más. Es identidad, es amistad, es comprensión y es saber y desear compartir. Es un flujo que te hace sentir más humano, más querido y más respaldado. Es la peregrina e irracional capacidad de sentir unos colores que te hacen tiritar.

El fútbol no es solo fútbol, es mucho más. Es aprender a vivir en el sacrificio, en la soledad que te proporciona el dolor, en el espíritu de lucha ante la adversidad. Es la sorpresa que te catapulta hacia estados de ánimo insospechados.

El fútbol no es solo fútbol, es mucho más. Es la deidad que te transforma, que te involucra y que te capacita para ser más humano. Es el gol que te llena de endorfinas, que te alegra exponencialmente y por el que lloras henchido de satisfacción.

El fútbol no es solo fútbol, es mucho más…