Partido con un primer tiempo algo más parejo de lo que decantó el complemento y si bien en la parte inicial hubo un controlador y un controlado, el resultado parecía podía estar expectante. El marcador es un fiel reflejo de la cantidad de goles que se hicieron en cada etapa y da cuenta de lo que fue un encuentro que se definió pronto.

La Naranja Mecánica tiene para mucho más y todo indicaría que están muy lejos de su techo alto; cómo que todo está por venir, algo así como un futuro prominente en un largo camino que recién comienza. Enfrentaron a un campeón y de los que mejor juegan hoy en día, y ellos saben, cada uno de los jugadores del team, que no existe tanta diferencia desde lo individual pero que deben levantarse y no bajar los brazos, no entregarse cuando apenas te sacan un par de goles de ventaja.

F.C Barcelona tiene la triple G en su instinto y sufren el síndrome del empresario ambicioso al hacer un monopolio del balón, son algo así cómo los celosos de la pelota, los tipos no la quieren prestar. Una novela exquisita donde todos quieren invitar al balón a pasear por el campo contrario, acariciarlo hacia un túnel de suela, ¡y que vuelva! para terminar debajo de la red alardeando a los gritos por una conquista que puede contribuir con la victoria tras una excursión memorable sin tener que dar explicaciones.