Partido entre estos dos ejércitos conocidos fue una auténtica batalla del verde césped donde las tácticas y las estrategias se conocían al dedillo. El primer asalto fue un intercambio frenético, un golpe por golpe, un toma y daca que dejó el marcador en un ajustado 4-3. La batalla campal se libraba con intensidad, cada equipo luchando por imponer su ley en el terreno.

Sin embargo, en el segundo tiempo, los estandartes de los Zetas, liderados por E. González, N. de Paula y J. Martínez, se alzaron con fuerza. Estos Guerreros, cual generales experimentados, tomaron el control de la batalla, desplegando su arsenal de habilidades y tácticas. Sus ataques fueron certeros, sus defensas impenetrables, y su estrategia impecable.

Los Zetas, como un ejército bien entrenado, llevaron a cabo un asedio implacable, bombardeando el arco rival con goles que resonaban como cañonazos. Cronos, superado en número y en estrategia, se vio obligado a retroceder, incapaz de resistir la embestida.