Partido panqueque sería una fácil definición esotérica para un encuentro que fue equilibrado a pesar de que cada uno sacó ventajas en diferentes etapas. Gran cantidad de jugadas se dieron por alguna macana o error conceptual o circunstancial donde la dinámica de lo impensado se daba dentro de lo pensado. El desarrollo fue dinámico, de ida y vuelta como sonajero de wacho al borde de una cuna donde todo pende de un hilo; y sí, porque al definirse por la mínima , un detalle fue decisivo y cambiante en una historia donde primó el vértigo entre dos contendientes desfachatados que fueron en busca del arco contrario algo desordenados pero lanzados que hicieron de los ataques un peligro de gol constante muy entretenido en las dos áreas.

Barrilete Cósmico arrancó en su día con vértigo en ataque peligroso que para los 5' minutos del complemento dominaban un 4 a 2; de ahí en más, su fútbol cambió y tras el descuento del rival, la cabeza empezó a jugar; pum error en defensa empate del rival, golpe a la moral; pum 4-5 se lo dan vuelta en un pestañar. Golpeados, llegaron al final a puro cascote con la intención de recuperar lo perdido pero el silbatazo sentenció la historia.

Los Charros cuando hizo pie en su retorno fue un aluvión y en una ráfaga dieron vuelta un cotejo difícil que se jugó a 7000 revoluciones. Marcharon por detrás gran parte de la contienda, pero se mantuvieron a tiro siempre y cuando consiguieron su chance, dieron vuelta el marcador para quedarse con 3 puntos muy bien trabajados.