Partido destemplado como heladera en corte de luz en una noche agobiante de Buenos Aires donde las buenas decisiones estaban dadas en base al mejor oxigenado y entonces la claridad cada vez fue más lucida en favor de quién monopolizó el balón.

Los Perros están lejos de sus fuentes y no encuentran la manera de encarrilar un tren que perdió la cadena y salió rumbo a la ruta sin visión ni pluralidad para volver a los rieles que lo guíen a los buenos tiempos.

Barba Guerra viene siendo domingo a domingo una monotonía del fútbol de la buena circulación con dinamismo intentando nunca rifar la pelota y definir en cada ataque. Fórmula que los tiene hace 17 fechas imbatibles.