Partido que siempre fue expectante desde el marcador pero que lo ganó quién fue el más claro dominador del material más preciado, el balón a lo largo del desarrollo.

Cara de Mierda se las ingenio para mantener el juego siempre al alcance, aprovechó algunos descuidos contrarios y le metió la experiencia que te dan 8 años de torneos; así todo, no les alcanzó.

Barba Guerra es historia y a estas alturas cada victoria es una nueva página de un camino que intentarán transitar todos pero que solo algunos tendrán quizá la chance de intentarlo. No se pueden dormir, no se pueden descuidar porque está mística agranda y despierta rivales.