Partido tipo rió de deshielo en donde sin importar lo obstáculos el cauce siempre para el mismo lado y entonces mientras uno hacía fuerzas el otro colaba y besaba la red. Drástico como el hundimiento del titanic que desde el momento que se filtró un gol por una fuga, aumentó el caudal y no termino hasta el silbatazo final.

Milán se vio desbordado por todos los wines por un pestañear en el inicio que hizo que se despegue el marcador y se diluyan las energías. Fue claro que no fue su noche, pero la diferencia tan abultada fue porque al final con partido liquidado, regalaron unos pares.

Elegante Sport al verlos llegar y reconocer las caras de siempre hacen de la futurología una tendencia de favoritismo que llevaron a cabo con buen fútbol y solidez defensiva; para colmo, una de las caras nuevas, Martín Cuello, fue la figura y clavó 7 pepas, una locuraaaaaa demencial.