En un duelo que quedará grabado en los anales de la Copa Delegno, Nolimpio protagonizó una remontada épica al dar vuelta un resultado adverso de 3-6 para imponerse por un ajustado 7-6 ante la siempre combativa Noninvicta. Un encuentro que, como una montaña rusa, llevó a los espectadores desde la euforia inicial hasta la incredulidad absoluta, y finalmente a la celebración desbordante.

La primera mitad fue un claro dominio de la Noninvicta, con un equipo que parecía lanzado a toda máquina desde el pitazo inicial. Federico López, con una actuación descollante. Su primer tanto, un golazo por encima del arquero, fue una muestra de su calidad y confianza. Pero fue su segundo tanto, una jugada exquisita culminada con un disparo certero junto al palo, el que parecía sentenciar la suerte del partido.

Nolimpio, por su parte, parecía un equipo desconcertado, incapaz de encontrar su juego y de inquietar el arco rival. Sin embargo, en el segundo tiempo, el encuentro dio un giro radical. La experiencia de Agustín González, un verdadero líder en la cancha, fue fundamental para levantar el ánimo de sus compañeros y reordenar las líneas. Con su visión de juego y su capacidad para encontrar espacios, González se convirtió en el motor de la remontada.

Los goles comenzaron a caer del lado de Nolimpio, uno tras otro, como si de una avalancha se tratase. La defensa de la Noninvicta, que había lucido impenetrable en el primer tiempo, comenzó a mostrar fisuras. La incertidumbre se apoderó del equipo de Facundo Torrez, que veía cómo se esfumaba una ventaja que parecía definitiva.

Los últimos minutos del partido fueron un auténtico infarto. Ambos equipos se entregaron en cuerpo y alma, dejando todo en la cancha. Cada pelota disputada era una batalla, cada ataque un asedio al arco rival. Finalmente, el marcador quedó 7-6 a favor de Nolimpio, desatando la euforia en sus filas y la decepción en las de la Noninvicta.