Partido de la alturas entre dos rivales que transitan buenos tiempos fue para quier aprovechó las circunstancias e hicieron del desarrollo un buen pasar que se definió en el complemento en favor de quien tuvo mejor y más simple juego de ataque.

Real Bañil sin su capitán, estuvo como mono sin cabeza y todos coincidieron en que la culpa la tuvo su arquero ausente por una nanita en la pancita, andaaaaa... sino fue apéndice, fue mullo.

Cara de Mierda hizo la fácil y saltó lineas cuando se dieron cuenta de la precisión de sus hombres de ataque por lo que optaron por el balón largo sin arriesgar en el traslado y sacaron a flote un duelo complicado ante uno de los pretendientes.