Partido inclinado como botella de vino en bodega añeja en donde el corcho pudo ser la defensa asiática que sirvió de contención por unos minutos pero que una vez destapado, decantó hasta el final hasta dejar la borra en el fondo ante un adversario lleno.

Corea del Centro empezó bien pero terminó tipo playback, no tocó y acompañó la música que puso el contrario; de momento dieron muestras de buen juego defensivo y sacrificado, pero le faltó pólvora en ataque, o sea velocidad y gol pero fundamentalmente fortaleza anímica.

Ateos fue un aluvión y se va transformando en un equipo difícil y competitivo que está a la altura no sola da pelea desde arriba, sino que encontraron la manera y los caminos que lo hacen protagonista ante cualquier adversario.