Hay rachas que no tienen explicación lógica. Rachas que ni Guardiola podría revertir.
Y la del Manchester Tiki ya es una novela turca: dramática, interminable y con plot twist cada fin de semana.

El sábado perdieron con un plantel lleno de multicampeones de la máxima categoría —de esos que meten miedo con solo verlos parados en la entrada en calor—. Y el domingo… algo parecido pero con otra vuelta de tuerca: cada vez que el Tiki juega, los rivales traen a Messi, Cristiano, Romario y Batistuta todos juntos. Es increíble. Una leche tremenda.
“Contra nosotros vienen los mejores”, dicen siempre su capitán Giménez, y cómo no creerles si pasa fecha tras fecha.

Esta vez, el conjunto de Franco Salvatore reforzó su nave con dos ex udaondo, Enzo Guzmán y Christopher Cuba, jugadores con kilómetros recorridos en el verde césped. Y claro, esa jerarquía se notó desde el arranque. Enzo Guzmán jugó un primer tiempo de manual, estilo pivot europeo: paró todo con las tetas, el pecho, la espalda, el alma. Un dominio del eje que hizo recordar aquella frase de Riquelme: “El que piensa, juega”. Y Enzo pensó y jugó para todos.

Pero la historia tenía guardado un capítulo extra: el regreso silencioso del primer viral de TikTok en la historia de Depoencuentros, Thiago Bidigaray. Entró sin hacer ruido, recibió la primera, pim, pam, pum… y picadita histórica. Un gol de jerarquía, de jugador que sabe, que huele el arco, que tiene esa calidad que no se entrena. Golazo para cuadro.

Mientras tanto, el Tiki hacía lo suyo. Fran Sigot, improvisado arquero por la ausencia de Puzone, se mandó un partidazo: tapó, ordenó, salió jugando, metió un gol y se puso el equipo al hombro.
Y como si faltara algo, Juanma Giménez, el capitán, clavó una pepa hermosa, digna de repetición eterna… pero no se grabó. Nada les sale a favor ni cuando les sale bien.
Porque esa es la novela del Tiki: Cuando hacen un golazo, no se graba. Cuando atajan todo, les cae el Messi rival. Cuando jugan bien, les traen figuras de otro planeta. Y aun así, compiten siempre. Eso los vuelve entrañables.