La goleada de Ratoes sobre Toco y No Voy (6-0) no fue un triunfo más: fue la confirmación de un equipo que cambió su historia. Desde aquel debut con título en la Copa del Legno hasta los años de frustración en la C, sin poder pelear el ascenso, la evolución de Ratoes encontró en el Clausura 2025 su punto de quiebre.

Después del 7-1 en la fecha pasada, el 6-0 ratificó su condición de potencia de la categoría. Lo hizo con fútbol, con nombres propios y con una contundencia que en esta divisional marca diferencia con A. Caggiano, en un nivel superlativo, motor y referente; L. Orellana, arquero de nivel top, el “enemigo del gol”, que transmite seguridad y liderazgo desde atrás. Axel Boyne, capitán del Barco, Facu Ponce, recuperado al 100%, clave en la presión y en la generación. Ale “el Mágico” Boyne y Coco Almeyra, símbolos de juego y jerarquía. Y como si fuera poco, la llegada de Mati Lépez (Tinta), la “Bruja del 71”, que le sumó desequilibrio y variantes ofensivas.

El partido en sí fue claro: Ratoes dominó con posesión, ritmo y presión alta, imponiendo su estilo y convirtiendo cada ocasión. Como decía Johan Cruyff: “jugar bien al fútbol es hacer fácil lo difícil”. Ratoes lo hizo: fue vistoso y certero.

Toco y No Voy sufrió de principio a fin. Apenas logró resistir en tramos aislados, pero se vio desbordado en lo físico y en lo táctico.

En conclusión, Ratoes cambió de piel: de equipo relegado y sin títulos en liga a verdadero contendiente. Su fútbol es prueba de que, como decía Bielsa, “la confianza se construye a partir de la repetición de las cosas bien hechas”. Hoy, Ratoes repite, convence y arrasa.