En la Primera B hubo un duelo con historia, de esos que ya vienen con carga emocional, carpetas viejas y cuentas abiertas. Richerdi vs Guerreros, un clásico reciente del Verde Césped. Un cruce que este mismo año se jugó dos veces en la Primera A, con victoria para Guerreros y empate en 4. Y ahora, ya en la B, quinto capítulo de esta novela futbolera… y otra vez ganó Guerreros.
Es increíble, pero pasa. Equipos parejos, planteles distintos en cada cruce… y el destino siempre le guiña el ojo al mismo.

Richerdi presentó nombres nuevos y esperanzas nuevas. Entre ellos, Zanga, que nunca había jugado contra Guerreros. Debutó en el historial con dos pepas, mostrando que tiene veneno y jerarquía para esta categoría. Richerdi compite, pelea, propone… pero cuando se enfrenta a Guerreros, algo pasa. Es como si el partido ya tuviera un guion escrito.

Y ese guion esta vez tuvo un protagonista excluyente: Manu “Fito” Fítere. Desde que se puso firme y empezó a caer todos los domingos, Guerreros cambió la cara: intensidad, orden, ritmo, presencia, identidad.
Y en este partido fue una locura lo que jugó: tres pepas, más dos asistencias, más dominio total en la mitad de la cancha. Se asoció, atacó, defendió, lideró… completito. De esos partidos que terminan en “crack total” sin debate.

Guerreros fue más claro, más directo y más efectivo. Richerdi tuvo momentos, tuvo pasajes, tuvo goles… pero no tuvo la llave para destrabar la historia. Guerreros sigue creciendo. Richerdi compite, pero no logra romper el embrujo.