Richerdi y Paris Saint-Fernet jugaron uno de esos partidos que parecen escritos por dos autores distintos: un primer tiempo de dominio absoluto y un segundo tiempo de rebelión emocionante. Richerdi salió como una topadora: sólido, compacto y con un Joaco Tessone en estado de gracia. Intratable, iluminado, punzante. Metió, empujó, definió y hasta cuando lo sacaron dejó esa sonrisa diabólica que tienen los que ya saben que hicieron suficiente daño. A su lado, la incorporación de Franco Zanga empezó a mostrar impacto inmediato: dos besos a la red y una energía nueva para un equipo que venía necesitando ese plus. Todo eso se tradujo en un primer tiempo perfecto: 5 a 0, una paliza futbolística contra un rival que todavía estaba tratando de entender dónde estaba parado.

Pero el segundo tiempo fue otra historia. Paris Saint-Fernet finalmente arrancó el motor después de varias presentaciones en las que le había costado asentarse en el verde césped. Y esta vez lo hizo con un corazón enorme. De repente, todo encajó: mejor lectura de juego, mejores posiciones, mejores decisiones. Sumaron a Toty Barber arguello, que hizo de faro, de pivot y de descarga clara. La tiraban alta y él la bajaba todas, cual gigante de área. A su alrededor, Gómez y Sigimbosco acompañaron con solidez y convencimiento. Y así, como quien encuentra un atajo que no sabía que existía, Paris Saint-Fernet empezó a jugar como un equipo que ya entendió la lógica del torneo. El parcial del segundo tiempo fue de 5 a 1 a su favor. Contra un equipo que venía de jugar dos temporadas en la A. Un dato que pinta de cuerpo entero la remontada.

El equipo de Facu Díaz mostró coraje puro. No alcanzó para sumar, pero sí para marcar un antes y un después en su propia historia reciente. Si encontraron ese chip, ese hackeo del verde césped, se vienen partidos muy distintos para ellos.

Richerdi, por su parte, después del mejor primer tiempo del año, se fue derechito a la laguna de Chascomús. Pescaron, se durmieron la siesta, y cuando se despertaron casi no les queda ventaja. Por momentos brillantes, por momentos trágicos, terminaron ajustadísimos, como calzón de modelo, aferrándose a un triunfo que llegó a sonar más sufrido de lo que debía. De todas maneras, sumaron tres puntos clave. Zanga ya empezó a convertir, y con el regreso de Cirilo y del capitán Guida, todo indica que Richerdi volverá pronto a su versión competitiva de siempre.