En la Primera B se jugó un duelo de esos que ya arrancan calientes por el simple hecho de que todos se conocen. La Masía vs Paris Saint-Fernet: amigos, excompañeros, el DT del Paris que salió del ala de Lucho Ferro, DT de La Masía. Un partido que no necesitaba presentación. En estos casos, como se dice en el potrero, si no se puede jugar, se compite.

La Masía llegó con un detalle no menor: tuvo que improvisar arquero. Pero lo que parecía una desventaja terminó siendo la anécdota del partido. En la primera que tuvo, Nico Chibelli, el improvisado Uno, se encontró con una autopista vacía: lo dejaron avanzar, lo dejaron… y él avanzó. Pasó mitad de cancha, levantó la cabeza, tocó cruzado y ¡golazo del arquero!
Un gol de potrero que queda para el archivo de la Masía.

El partido igual nunca se rompió. A pesar de los 11 goles, el trámite fue cerrado, denso, de detalles. Paris Saint-Fernet encontró su arma en la pelota parada: un tiro libre hermoso, quirúrgico, y otro gol del capitán, tras un córner trabajado.

El duelo de fondo fue clarísimo: Fede Gómez vs Tommy Becerra.
Todos lo sabían: o lo ganaba uno, o lo ganaba el otro.
Tomilson —como lo llaman sus pares— fue el que tuvo más chances y terminó inclinando la balanza con un hat-trick marca registrada. Tres pepas de goleador que entiende espacios, tiempos y climas.

Con eso, y con el empuje emocional del gol de Chibelli, La Masía sostuvo la ventaja y terminó cerrando un 6–5 tremendo, de película, entre dos equipos que se conocen tanto que a veces juegan menos y compiten más.