En el choque de recientes descendidos de la A a la B, Guerreros Z se impuso 5-3 a Richerdi, en el que fue ya su cuarto enfrentamiento del año. Rivalidad repetida, conociéndose demasiado, lo que derivó en un partido más táctico que vistoso.

Al descanso, los Guerreros ya mandaban 2-1. El desarrollo fue más fricción que claridad: mucho juego en la zona media, muchas aproximaciones, pero pocas ocasiones limpias de gol. Como decía Simeone: “los partidos no se juegan como uno quiere, sino como se puede”. Y este fue un ejemplo perfecto.

Hubo muchos remates, aunque la mayoría no encontraron arco. Las defensas terminaron siendo más protagonistas que los arqueros, que pasaron casi inadvertidos. Como señalaba Sacchi: “el fútbol es tiempo y espacio”; y en este caso, ninguno de los dos abundó.

Los goles llegaron mayormente por errores no forzados, más que por jugadas elaboradas. Y es que, como explicaba Bilardo: “en el fútbol, el error rival es parte del plan”. Guerreros Z supo capitalizar mejor esas falencias y cerró el partido con la diferencia justa.

El final mantuvo la misma tónica: más ritmo que fútbol. Intensidad, ida y vuelta, pero sin que aparecieran combinaciones fluidas ni precisión cerca del arco.

En conclusión, Guerreros Z se quedó con una victoria importante en la B, en un encuentro que no será recordado por el brillo, sino por la eficacia en aprovechar errores ajenos. Richerdi compitió, luchó, pero se fue con la sensación de que el trámite no estaba tan lejos del empate.