No hubo equivalencias en el duelo entre Dream Team y Daytona. El puntero invicto de la categoría se impuso con autoridad por 8-0, mostrando todas las credenciales de un equipo que no sólo gana, sino que juega a otra velocidad competitiva.

La figura fue el hermano Amelio, autor de tres goles, incluido uno de volea para ponerle sello de jerarquía a la tarde. También brilló Rodri Posadas, que firmó un hat-trick y volvió a demostrar por qué su nombre siempre aparece en el marcador.

Daytona, en cambio, llegó diezmado: con una convocatoria corta y con jugadores en formación provenientes de Sudacas. El inicio fue alentador, pero justo en el cruce contra el líder, las bajas pesaron demasiado.

En lo táctico, la diferencia estuvo en la intensidad y la ocupación de espacios. Dream Team presionó alto, recuperó rápido y atacó en oleadas, aplicando lo que Jürgen Klopp llama “gegenpressing”: convertir cada pérdida en el inicio de una nueva oportunidad ofensiva. Daytona no pudo sostener ese ritmo.

Además, el puntero mostró algo que distingue a los equipos campeones: variedad ofensiva. Hubo goles tras circulación, remates de media distancia, definiciones en el área y hasta una volea. Como decía Valdano: “la belleza está en la variedad”.

El resultado tan abultado deja en claro dos cosas:
• Dream Team confirmó que no sólo lidera por puntos, sino también por juego, eficacia y solidez táctica.
• Daytona deberá crecer desde la experiencia, entendiendo que estos golpes son parte del proceso de un equipo en formación. Como decía Marcelo Bielsa: “la derrota enseña más que la victoria, aunque a nadie le guste perder”.

En conclusión, el 8-0 fue la fotografía de dos momentos distintos: el de un Dream Team rodado, sólido e imparable, y el de un Daytona en construcción, que tendrá que tomar esta derrota como aprendizaje para seguir evolucionando.