Era un partido con historia. El campeón del Apertura 2025, llegaba con la necesidad de reencontrarse con su mejor versión. Enfrente, el vigente campeón de la Copa de Oro, Parne Kipada, que vive uno de los mejores momentos de su historia reciente. El contexto lo decía todo:

Desde el arranque se vio el choque de estilos. Parne, con su estructura reconocible, apostando al pivoteo de Juan Pablo Zorzoli, su “9 tanque” y faro del ataque, asistido desde la creación por Facu Palacio y el incansable Lencina, que parece multiplicarse entre la marca y la llegada. La jugada del primer gol fue una síntesis del método: Lateral largo pase a al Zorro Zorzoli, giro de espaldas y definición cruzada, gol de manual.

Allax intentó responder desde su fórmula más clásica: la dupla Colle–Lautaro Viz y funcionó a medias: dos goles de Vis, asistencia de Cole, confirmando que siguen siendo una sociedad letal. Pero no alcanzó. Parne Kipada fue más equipo, más largo, más lúcido. Bavio sostuvo el circuito, Palacio aportó desequilibrio, y Lencina, con su sello, coronó con una pepa de pura intensidad.

Los números muestran lo que se vio en la cancha: Parne está en plenitud, Allax en reconstrucción. Los de Peloso y compañía necesitarían sumar al menos dos victorias consecutivas para escapar de la zona roja, tomando como referencia el promedio de salvación de los últimos torneos (entre 11 y 15 puntos suele ser el límite de permanencia en la A).

“Los equipos grandes también sufren el peso de la historia”, decía Marcelo Bielsa, y algo de eso se ve en Allax. La misma base que fue campeona hoy paga el desgaste de la gloria. En cambio, Parne vive su propio “efecto Inter de Mourinho”: compacto, solidario y convencido de su idea.