En el césped de la máxima categoría, dos recién ascendidos demostraron que no vinieron solo a participar: vinieron a competir. Nolimpio se impuso 3-2 sobre La Parroquia, en un duelo vibrante que exhibió el hambre y la calidad de ambos equipos.

El primer tiempo fue puro ajedrez, cerrado, sin concesiones. La llave la encontró el arquero goleador: Renzo Castoldi, figura en su mejor momento, sorprendió desde la media cancha con un disparo que fue tanto golazo como declaración de intenciones. Como diría Cruyff, “jugar al fútbol es muy simple, pero jugar simple es lo más difícil que hay”. Castoldi lo hizo fácil: la vio, la creyó y la clavó.

Nolimpio no mostraba la fluidez de otras tardes, se lo veía apretado, corto, hasta que apareció Granella, el hombre récord. Convirtió y respiró, liberando la presión que carga un goleador con la pólvora siempre encendida. Lleva 23 partidos consecutivos marcando: superó a Messi en la estadística y sigue ampliando el récord histórico en Depoencuentros. Un fenómeno.

Del otro lado, La Parroquia dejó claro que su lugar en Primera A no es casualidad. El equipo de Tom De Rosa tiene juego, variantes y carácter. Con nombres como Anfu, Gonza, el Toro, Ramita bajo los tres palos y Nacho como sostén defensivo, mostraron solidez y pasajes de buen fútbol. El detalle, ese gol que no termina de llegar con la frecuencia necesaria. Luca Saavedra, su nueve, atraviesa un momento distinto: comenzó el año pateando más al arco que nadie, goleador natural, pero después de aquella expulsión su curva cambió. Hoy, la falta de precisión en el área explica parte de los puntos que se escaparon. Sin embargo, en el fútbol todo es presente y futuro: si la confianza vuelve, La Parroquia tiene un caudal de juego que tarde o temprano encontrará premio.

Porque, como decía Valdano, “el fútbol es un juego de errores: gana el que comete menos”. Y aunque esta vez los errores costaron, La Parroquia ganó experiencia. El aprendizaje de cada partido en la elite es parte del camino, y este 2-3 deja enseñanzas para crecer, para ajustar la puntería y volver más fuerte.

En definitiva, fue un partido digno de La Máxima: intensidad, talento y dos equipos que prometen dar que hablar. Nolimpio festejó con goles, La Parroquia se llevó aprendizaje. Y ambos, en el fondo, sumaron algo valioso, Experiencia.