El último partido de la A y otra historia de supervivencia. Porque Allax y Nolimpio llegaron a la fecha 11 con la soga ahí, rozándoles el cuello: los dos peleando la permanencia, los dos buscando aire, los dos queriendo evitar el fantasma del descenso.

Allax, el vigente campeón del Apertura 2025, arrastra esa mochila pesada del campeón. Desde que levantaron la copa, increíblemente, perdieron más de lo que ganaron. Un equipo que pasó de vértigo a incertidumbre. Pero como dice Bielsa: “Las crisis también enseñan.” Y parece que algo entendieron.

Enfrente, Nolimpio, un equipo que había encontrado una identidad para competir en la A. Habían descubierto la fórmula… pero después la cambiaron. Y otra vez se volvieron vulnerables. Pasan de sólidos a frágiles en cuestión de un par de fechas. Y esa irregularidad les costó caro.

El partido lo mostró clarito. Allax fue superior desde el inicio, explotando errores y con una contundencia digna de campeón. Tres pepas de Lucas Cole, que se destapó como en sus mejores épocas, pura confianza. Y un dato imposible de ignorar: cada vez que Campodónico juega el primer tiempo, Allax gana. Nadie lo puede explicar científicamente… pero en el fútbol amateur estas cosas pasan, y pasan seguido.

La figura, sin discusión, fue Rodri Ferrara. JUGÓ un partido tremendo. Clavó pepas, generó peligro constante y dejó la jugada de la fecha: el famoso “no golazo” que quedó en los destacados de Instagram. De área a área, gambeteando, encarando, definiendo suave por arriba… pero la pelota no quiso entrar. Una locura de jugada que merecía terminar adentro.

Del otro lado, Nolimpio sufrió muchísimo. El equipo defendió mal, muy mal, y lo pagaron. Les hicieron siete, pero pudieron ser diez si no fuese por la actuación monumental de Bauti Domini, que sacó 223 pelotas, literal o figuradamente, mano a mano, de todos los colores.

Por intensidad, jerarquía y convicción, Allax fue más. Ganó, goleó, se sacó el miedo del descenso de encima y empieza a mirar la permanencia con otro ánimo. El campeón del Apertura recuperó un poco de esa mística que parecía perdida.