Domingo 9 de la mañana. El sol recién despertaba y ya estaban en cancha dos viejos conocidos del Verde Césped, Parne Kipada y La Parroquia, esos equipos que han intercambiado jugadores en más de una ocasión. Se conocen de memoria: quién gira para adentro, quién engancha para afuera, quién le pega mordido, quién no levanta la cabeza ni aunque lo obligue Guardiola. Dos realidades distintas, pero la misma urgencia: Parne sabía que si ganaba se subía a la punta. Parroquia sabía que si no ganaba, el descenso le respiraba en la nuca.

Desde el minuto uno, el partido tuvo un dueño. Parne salió con ese tono del campeón de Oro, ese ritmo de equipo serio que huele sangre y no perdona. Y ahí apareció Vitamina Reboredo, el héroe matutino, el que jugó como si tuviera café en las venas y cuatro pulmones en el pecho. Robó, asistió, corrió, presionó y encima clavó cuatro pepas. Un recital.

La Parroquia, dirigida por De Rosa, intentó armarse desde atrás, intentó pararse, intentó competir. Y por momentos lo logró. Pero pronto se quedó sin punchi arriba, sin ese último pase que abre puertas, sin ese delantero que te aguanta una bocha para salir a respirar. Barraza, que siempre aporta claridad, no pudo imponer ese fútbol propio que tanto lo identifica. Lo intentó, claro, porque estos tipos nunca bajan los brazos. Pero Parne estaba en modo máquina.

El equipo Napolitano jugó con todos sus titulares en su prime. Toto Iriarte, cerebro y equilibrio. Lencina, siempre metedor, siempre ordenado. Bavio, polenta pura. Zorzoli, el pivot que convierte cualquier ataque en amenaza. Y el resto del plantel, todos en nivel altísimo. Parne jugó con autoridad, como si el partido fuera una prueba más del plan anual que vienen ejecutando desde el Clausura 2024.

La Parroquia resistió todo lo que pudo gracias a Rama Torres, que tuvo un partido gigante, de esos que si no fuera por el resultado sería portada de crónica. Tapó, achicó, voló de palo a palo. Pero cuando te tiran con esa potencia, esa dinámica y esa precisión, no hay manera de sostenerlo durante 40 minutos.