A las 9:10, cuando el verde césped todavía guarda el rocío de la mañana y el canto de los pájaros se mezcla con el eco de los primeros saludos, Allax y La Parroquia abrieron la jornada con un empate 1 a 1 que dejó más preguntas que certezas.

En el primer tiempo, Allax —vigente campeón del Apertura— se mostró algo más claro. Conectó mejor, buscó por abajo y generó las más nítidas, pero se topó con un Prioretti enorme bajo los tres palos. El arquero de La Parroquia tapó dos mano a mano claves ante Franco Zanga y sostuvo el arco como un capitán sosteniendo el timón en medio de la tormenta.

La segunda parte fue distinta: más pausada, más friccionada, de esas donde cada pelota vale una vida. Hubo más intensidad y pocas llegadas concretas. El resultado final —1 a 1— dejó a ambos con esa sensación tan futbolera de que pudieron más.

Por contexto, el punto parece dejar un sabor amargo en Allax, que buscaba cerrar la primera rueda con una victoria. Pero también habla bien de La Parroquia, que recién ascendido, le jugó de igual a igual al campeón. Como diría Menotti, “a veces empatar también es una forma de crecer”.