Partido entre dos equipos que prometían un buen espectáculo se hizo volátil y condenado a un marcador abultado y repentino. Tras la primer mitad 4 a 0, el complemento pareció de relleno aunque algunas cositas lindas pasaron. En otras palabras, se auguraba un duelo épico pero se transformó en un vendaval que descolocó al Tiki y los naufragó en su propia área. El complemento, un mero trámite, apenas un atisbo de lo que pudo ser.

Manchester Tiki, su capitán, abandonó el campo con la mirada perdida, como un arquitecto que ve derrumbarse su obra maestra, pieza por pieza. Individualmente, sus ladrillos son sólidos, pero la construcción en su conjunto no resistió el embate.

Tinta, en cambio, mostró la solidez de un edificio centenario. Con una estructura impecable, colocaron cada pieza en su lugar, demostrando una maestría que dejó sin respuesta a sus rivales. Pusieron el inodoro en el baño y la mesada en la cocina, ordenados saben como dar su mejor versión y lo hicieron.