Partido épico que enfrentó a dos equipos con posturas diferentes y que presentó al campeón vigente con un jugador menos desde el arranque por falta de convocatoria ante un adversario con tres hombres en la banca. De ahí en más nada se dio como se esperaba y quien tuvo menos hizo más, llevó las riendas del juego como más convenía para capturar un triunfo que de entrada era muy complicado.
Trinidad y Tobago arrancaba la mañana ideal y de los pies de su diez abría el marcador pero fueron precoces como batería china y terminaron como Meolans, nada nada.
Es Ture Mostro demostró porque es el campeón y con la cabeza clara supo siempre como afrontar el juego y ocasionar más que el contrario para no solo ganar sino también justificar una victoria imponente.