Partido extraordinario de esos que hay que ver para creer, increíble, el conjunto de Guida ganó dos de nueve con la particularidad de que fueron ambas frente a Tinta. El desarrollo fue un ajedrez donde correr fue la premisa, ritmo, ritmo y más ritmo, el que bajó un poco la intensidad fue reemplazado.

Tinta tuvo demasiadas filtraciones que el rival no supo capitalizar y o u apareció Trapito Dominelli. Carmona regaló el primer tiempo en el banco mientras que Lepez fabricó un zurdazo exquisito para salir con ventaja a la segunda mitad.

Richerdi tras el cierre de la primer mitad abajo pero habiendo desperdiciado mucho parecía imposible desde lo ''astrológico'', o al menos ya se sabía que no se iba a ganar con suerte. Perez tuvo dos mano a mano y no pudo, Vuga debió empujar un centro raso por la línea y tampoco, luego un palo que sale para afuera; no, con suerte no iba a ser.
Arrancó el complemento, y todo igual, intenso como café colombiano hasta el 3-2, tiro libre, se ponen en posición, silencio en el estadio, parecía que algo podía pasar, jugada preparada, mueven la pelota parece que sale la de pizarrón, pum, silbato del árbitro, corta para sacar tarjeta y nuevo tiro libre pero esta vez al borde del área. Otra vez, silencio, todos en posición, pim, pam, pum la armaron para que le quede al nueve en el punto penal que definió fuerte al medio, rompió el arco, 3 a 3. Para esos entonces, a poco del final, había muchos nervios y le queda una a Mayo por izquierda que supo definir para terminar todos abrazados junto al córner del bebedero y cerrar una mañana que recordarán.