Este fue un encuentro hermético, cerrado a cal y canto como el bolsillo de un avaro, donde las defensas tejieron telarañas invisibles que engulleron cualquier intento de ataque. En este escenario de cerrojo defensivo, la victoria se inclinó hacia el equipo que contó con la llave maestra, la figura descollante del partido, M. Carmona.

Jogo Bonito llegó al campo con la maquinaria aceitada. Su juego fluyó, aunque generó pocas ocasiones de peligro, en parte ahogadas por la actuación estelar del cancerbero rival, un felino bajo los tres palos. Sin embargo, su entrega fue encomiable, luchando cada balón hasta el último suspiro, buscando el empate con la tenacidad de un escalador en la cima.

Tinta firmó una labor encomiable, cumpliendo a rajatabla el libreto trazado. Se mostraron como un bloque sólido desde la retaguardia, con la experiencia de Rami Caro erigiéndose como un baluarte. Asimismo, Santiago Nuñez que se puso la de Tinta y no le peso para nada, se agrupo, congenió y clavó un pepazo para el recuerdo que se puede ver en instagram.