El encuentro futbolístico fue como un romance apasionado que comenzó con promesas de igualdad, pero que pronto se convirtió en un amor no correspondido. Al principio, ambos equipos se cortejaban con jugadas elegantes y pases precisos, como dos amantes que se dedican miradas cómplices. El marcador avanzaba con equilibrio, como un vals armonioso, hasta que un error inesperado cambió el ritmo de la danza.

Un desliz desafortunado, un error en propia área, fue como una infidelidad que rompió el hechizo del romance. El balón, cual manzana envenenada, se coló en el arco, dejando al portero con el corazón roto. A partir de ese momento, el partido se convirtió en un monólogo de amor del Allax que desplegó todo su arsenal de jugadas románticas, mientras que Barba Guerra se hundía en la desilusión.

El conjunto del actual goleador del team, A. Peloso se merecía una victoria así para levantar cabeza rápido y focalizarse en el próximo encuentro.

Barba Guerra sin hacer un gran juego, por momentos daba la sensación de que podía más, luego vino el infortunio mata remontada y todo fue en vano.