Partido donde el conjunto de las vísceras de un animal vacuno enfrentó al de un ovino que bajo la intensidad del primer frío invernal se cocinaron y entonces el hígado y los intestinos radiantes empezaron a darle duro a los comensales de los riñones para terminar la contienda a pura achura con más pierna fuerte que fútbol hasta que el marcador sentenció la historia.

Chirimiski tuvo un tiempo para el olvido y otro que no alcanzó para el recuerdo; para colmo se dejaron llevar por el impulso de calentura y perdieron un legendario por dos fechas.

Scabioneta se lo nota a gusto en el terreno de juego y cuando expone sus potencias se florea; no se deja llevar por el contrario y mantiene sus objetivos; equipazo que superó un duro escollo.