Estrategias para robar la pelota en fútbol
1. Esperar el momento propicio
Como defensa debes tener pies rápidos, y actuar sin demora cuando se presenta la ocasión, además de estar siempre concentrado y preparado para la acción. En la batalla uno contra uno, el simple hecho de desear el balón más de lo que lo desea el atacante constituye un plus. Debes convertirte en un “ladrón” en el campo de juego.
Los mejores defensas saben inclinar su cuerpo para inducir así al atacante a dirigirse hacia los laterales o hacia donde se encuentra otro defensa. En este último caso el atacante deberá entonces vérselas contra dos jugadores rivales trabajando juntos como bloque defensivo, no ya contra uno solo.
Cuando se acerca el atacante, la reacción automática de un defensa inexperto será lanzarse de inmediato a conseguir el balón. Por el contrario, un defensa experimentado, inclinará su cuerpo hacia el lado en que desea que se dirija el delantero rival, deslizándose lateralmente a pasos rápidos, forzando el momento en que el oponente se equivoque.
La presión de una defensa firme lleva a los delanteros a producir errores. Y es entonces el momento oportuno en el que el defensa debe actuar.
2. Mantener el equilibrio
Los buenos defensas sólo intentan cortar el balón cuando ven la oportunidad cierta de poder robarlo o despejarlo hacia donde se encuentra un compañero de equipo. De otra manera, un intento de robo fallido puede dejar a su propio equipo desbalanceado y en clara desventaja.
Los atacantes habilidosos raramente muestran demasiado el balón. Si un defensa logra desarrollar la habilidad de desplazarse rápidamente de forma lateral logrará así la capacidad de estar siempre sobre el delantero, pudiendo aprovechar la oportunidad de cortar el balón cuando ésta se presente.