Partido leal como amistad de hermanos donde ambos equipos se dedicaron a jugar y a intentar imponer sus armas por sobre las del contrario. Tuvo en las manos de ambos pero se lo quedó quien estuvo más lúcido en el cierre del domingo.
Xeneises anduvo muy bien por momentos y sus piezas se volvieron a lucir individualmente hablando, pero le faltó colectividad para interpretar jugadas de juego asociado y así sobrepasar algunos obstáculos bien presentados por la defensa contraria.
Omar Obaca sin su plantel titular supo arrancar como los grandes, sumando de a tres frente a un rival directo en la lucha por la permanencia. Si los supuestos suplentes ganan no esperaremos menos del resto.