Partido donde las decisiones fueron difíciles y agobiadas por un calor intenso de un enfrentamiento con muchísimo ritmo. En un momento parecía que se prendía la radio y se olvidaban de jugar pero un marcador ajustado hicieron que el fútbol se sobreponga y surja como fruto, otro acontecimiento inolvidable para nuestras retinas y en el que fluyó la colectividad sobre el individualismo. Pasa la Jarra tuvo que aplicar un recambio en su plantilla habitual en esta temporada vacacional y a pesar de traer jugadores consagrados en el gris mosaico, no fue homogéneo, confundió los caminos, quiso jugar a ser otro que no es y no le salió, por eso perdió; básicamente porque intentó ganar a lo Todo un Palo pero se olvidó de ser La Jarra. Jogo Bonito se colgó a otro campeón entre sus filas de abolidos en temporadas de calor. Trabajó los 40’ minutos de manera incansable a puro sacrificio para tratar de dar vuelta un marcador que recién supo conquistar en un cierre apasionante donde el corazón jugó un papel preponderante en la recuenta final.