Partido desordenado con muchas imprecisiones donde las apariciones individuales circunstanciales parecían ser las claves del desequilibrio en un duelo raro y confuso. Queso y Dulce presentó un cambio (sexto jugador) y con eso le bastó para hacerle fuerza al puntero. La vuelta de un ex Alfrediano, el Pipi Grimoldi fue clave para tener mejor marca y brindarle algo del equilibrio que pide este equipo; pero aún falta mucho y todavía falta para llegar a su mejor versión del año pasado. La Manada se la complicó solo y más de uno apostó por llevarse el par de medias y no por lo colectivo, sobre el final cuando se eligió a la figura llegaron los reclamos como fiel reflejo de esta versión algo individualista. De todas maneras, se eligió al jugador que marcó el gol más gritado de la noche y por lo que demostró ser el más importante para asegurar la victoria. Pim, pam, pum…