Partido de trasnoche de espectáculo que a pesar de la hora tuvo bastante gente en las tribunas, enfrentó a dos equipos acostumbrados a tratar bien el balón. Ñandú gastó sus balas muy rápido, agotó a su pieza clave por abuso, todas se la daban a la Joya Gasparrino y esto le quitó sorpresa a la corta y a la larga marca, provocada por el cansancio. Su arquero quedó muy expuesto y por momentos le definían abajo del arco fue el otro que se salvó en esta presentación. Ragamuffins a toda orquesta, con una zaga defensiva implacable con el peso de la experiencia de Pablo Gianini y la velocidad y soltura del Santi do Pazo, hicieron que su guardameta pase desapercibido de no ser por el impresionante gol tras un córner jugado atrás que terminó en el rincón de telarañas. Por su parte, el tridente ofensivo Mirás-Isnaldi y cuando entró Nahuel, interpretaron goles de todos los colores con definiciones exquisitas.