Partido con un comienzo en el que la presión fantasma marcó diferencias frente una harina sin levadura que debió pasar montones de obstáculos para leudar y lograr generar alguna ocasión; PT 6 a 2. En el complemento, con 18 goles fue casi un saque del medio.

Panaderos fue más y es más de lo que reflejan sus resultados pero aún se están amalgamando algunas piezas y esos detalles le cuestan caro a pesar de estar a la altura.

Los Invisibles van y van, son unos verdaderos lanzados del fútbol que saltan en busca del campo contrario sin mirar atrás y bien decididos a terminar la jugada. Les gusta la tenencia y está en su adn, pero a veces, con ataques veloces, te liquidan.