Encuentro que no se desarrolló con los conceptos que propone el torneo y el juego se ensucio más de la cuenta, nunca se pasó de la raya pero por lo mostrado en fechas anteriores si ambos planteles se dedicaban a jugar más con la pelota y menos con el físico hubiera salido un partidazo en volumen de juego y no un gran partido como lo fue por la emotividad, euforia y pasión con la que se brindaron.
Tutanga f.c se retiró del gris mosaico con gusto amargo porque lo ganaba con la justo pero dominaba hasta que entró en la propuesta del rival, se desordenó y pagó.
Pichis f.c jugó un partido hasta la expulsión de su diez que alimento el amor propio del equipo desde el banco tras una discusión fuera de tono con el árbitro del encuentro y otro cuando ingresó un baluarte de institución que pidió que se baje la pelota y empecen a tocar, generó orden y tranquilidad para ganar el primer partido de 18 finales.