Encuentro con un monólogo de toque y goles a favor de los muchachos del borda donde los roqueros terminaron más mareados y cansados que una noche de puro frenesí.
Como en pocas ocasiones en el gris mosaico sobraron cinco minutos de juego y por común acuerdo se fueron todos un poco antes a compartir una fresa al bar más cercano.
Que sea rock muy desprovisto en no pudo ofrecer resistencia y promediando el complemento desde la tribuna se pidió un corte al baile del sábado por la tarde. Así fue cómo finalmente se estrecharon las manos y minutos antes de los veinte reglamentarios se cortó la música.
Locura f.c encara el clausura con seriedad y ánimos de volver a la máxima, no regala ni un centímetro y hasta que no ver a su rival en estado de knock-outt no cesa su insistencia de presión y gol.