Ambos tenían intenciones claras: atacar el arco rival. Tanto lo tenían entre """ceja y ceja" que se olvidaban de cuidar un poco más la bocha. El ritmo propuesto por ambos no permitía que algún player pusiera el balón debajo de la suela. Pero THC tuvo ratos de desorden, los cuales fueron aprovechados a la perfección por los pibes de Ñandú, que no perdonaban frente al portero rival. Aún así THC mostró la intención de querer darlo vuelta pero ya era tarde, el equipo del ave supo jugar con la ventaja obtenida y hasta estiró el marcador en la segunda etapa la cual fue calcada a la primera. Terminó 8 a 4 para Ñandú.